2 abr 2017

21º Capitulo







Asha

            Asha se sentía culpable, no podía soportar la mirada acusatoria de Aradia, ella y la diosa eran las únicas que sabían la verdad de todo, y el que su deidad se lo recordara hizo que sus remordimientos los que había ocultado hacía tiempo volvieran a renacer como si nunca se hubieran ido.
            Ella era la que le había dicho a Nimue donde encontrar a Bellia, ella había entregado a la madre de Nhoa, por miedo y por envidia le había dado la vida de su mejor amiga a la reina de los demonios.
            Si Bellia no hubiera desaparecido ella nunca habría llegado a ser la suma sacerdotisa, y sin pensarlo miro por su propio egoísmo aunque con ello destrozara la vida de un ser inocente.
            Bellia había conseguido todo lo que ella siempre había deseado, el poder, la belleza, y a su amado, Leo, el padre de Nhoa, ella le había amado desde pequeña, era su compañero de juegos, su amor oculto, pero cuando se convirtió en bruja, se enteró que él era el guardián de Bellia, y su amante. Y aunque todos le creían muerto solo estaba desaparecido y ella sabía dónde estaba oculto, todavía con vida pero lejos de estar consciente.
            Cuando la culpabilidad no la dejo dormir, hizo lo que creyó mejor para su paz mental, abandono a su propia hija en el mismo orfanato donde Bellia dejo a la suya, su hija tendría que ser la aliada y mejor amiga de Nhoa en el internado, no sin antes bloqueándole los poderes para que a los dieciocho años no se convirtiera en bruja.
            Sabía que al llevar sangre mágica se crearía un vínculo irrompible entre su hija y la hija de la amiga a la que había traicionado, creía que era suficiente castigo el verse despojada de su propia sangre.
            Cuando vio a Lena sabía que era ella, su adorada niña, su princesa, y se enfureció al saber que terminaría por descubrir toda la verdad, y también sabía que nunca la perdonaría.
            Maldijo a Nhoa por no respetar las reglas, porque diablos la tenía que llevar ahí, porque la tuvo que revelar algo tan grande, la pena es que Nimue no había acabado con ella.
            De repente se dio cuenta que un sentimiento profundo y oscuro crecía en su interior, el odio, odiaba a la bastarda de Nhoa, la odiaba tan profundamente que ese odio empezó a corroer su alma, sabía lo que tenía que hacer, sabía cuál iba a ser su fin.
            Iba a destruir a esa maldita, ella tenía que haber sido la elegida de la diosa, la bruja más poderosa, si ella no hubiera aparecido, su puesto de sacerdotisa no estaría tambaleándose, y sobre todo no habría vuelto a ver a su hija.
            Iban a conocer quien se ocultaba debajo de la afable Asha y solo una persona podría ayudarla a vengarse de Bellia y de su hija. Nimue.
            Se marchó sin nada más que lo que llevaba puesto, se alejó de todo lo que había sido toda su vida, se alejó de sus hermanas, de todo lo que había conocido y amado. Su venganza merecía la pena aquel sacrificio.
            Cuando llego al infierno Nimue la estaba esperando, esa vampira endemonia sabía de antemano que ella se uniría al mal.
           
-          Hola querida Asha por fin vienes a tu verdadero hogar.
-          Quiero venganza, quiero matar a Nhoa
-          Tiempo al tiempo querida amiga, pronto llegara su final.

Los ojos de Asha empezaron a brillar de un rojo oscuro, una oscura maldad se enredó alrededor de su corazón, el odio la había llevado al límite, a la destrucción de la bruja, se estaba convirtiendo en un Soneillon, en un demonio más.
Sabia como hacerle daño a Nhoa, un maléfico plan fue formándose en su cabeza, sabía a quién iba a utilizar para ello, pero antes tendría que despertarlo de su eterno sueño.

-          Necesito tu ayuda Nimue, se cómo conseguir acercarme a esa mocosa sin que sospechen.
-          ¿Cómo?
-          Reuniéndola con su desaparecido padre
-          Por lo que se está muerto - la miro Nimue como si se hubiera vuelto loca. - De momento no se resucitar a los muertos.
-          No hace falta resucitarlo solo despertarlo y hacerlo nuestro esclavo.
-          No comprendo Asha...
-          Muy fácil, yo le induje a ese sueño y haciéndole pasar por muerto.
-          ¿Por qué harías algo así? Cuando paso todo eso tú eras supuestamente una brujita buena.
-          Porque lo amaba, y me enfermaba que fuera tan feliz con el embarazo de Bellia cuando yo también estaba esperando un hijo suyo.

La cara de Nimue en ese momento era todo un poema. Parecía que la insípida de Asha la iba a dar la oportunidad de destruir a sus más odiadas enemigas, lo que no imaginaba Asha es que mientras ella le contaba su historia y su plan, otro plan iba formándose en la cabeza de la reina de los vampiros. Destruiría a todo el aquelarre con la ayuda de Asha sin que esta supiera que estaba destinada a acabar como sus antiguas hermanas. Muerta.

20º Capitulo







Grata sorpresa

Nhoa está aquí por derecho de sangre, por derecho de nacimiento”. Sus palabras resonaron por toda la sala, clavándose en mis oídos y en mi alma, dándome mi lugar en el mundo, mi posición en el aquelarre. Era por mí que ella estaba ahí, por mí se había decidido a aparecer antes todas, a reclamar por mí el lugar de mi origen, solo con esas palabras había llenado mi corazón con esperanza, orgullo y decisión.

-          Perdóneme Aradia, pero Nhoa solo nos ha traído problemas a nuestra familia, es muy inoportuna e impulsiva, si sigue aquí terminara por destruirnos.- dijo Asha todavía arrodillada y temerosa de la presencia de nuestra diosa.
-          Vuestra destrucción solo vendrá de vuestras manos, ella con su valentía, su coraje y malas decisiones ha conseguido más que todas vosotras en cientos de años. – Aradia miro a todas a su alrededor.- Tu más que nadie Asha no tienes derecho a reclamarle por sus errores, tu cometiste los tuyos propio, errores que costaron muchas lágrimas a los de tu alrededor, y solo por pura cobardía.
-          Aradia...yo...- Asha no pudo decir palabras por que las lágrimas le salían a borbotones.
-          Asha, hija mía, sé que cometiste esos errores creyendo que hacías lo correcto, y por eso te perdone en su momento, pero eres tú la que te tienes que perdonar y decidir contarle a quien debas tu error para que te perdone también.-y Asha se marchó corriendo de allí, temblando por el llanto.

Todos nos quedamos mudos de la sorpresa por aquella repentina huida de Asha, con la curiosidad de ese acto que había cometido años atrás.

-          Nhoa deberías estar orgullosa de la sangre de tus venas, eres mi descendiente directa, y da lo mismo que tengas sangre del rey de los demonios – se escuchó como la sorpresa recorría la sala – Cuando mi hija fue concebida, fue con amor, y con un hombre de buen corazón pero inseguro hasta la médula. Habrás podido caer por un momento en el mal, pero con tu gran coraje y ese precioso amor que sientes por tu guardián has sabido superar la venganza que corroía tu alma. Eres mi vivo retrato, pero no solo eres mí igual por tu apariencia, si no que tus poderes aunque todavía no descubiertos igualan mi poder. Tienes un largo camino donde te espera un aprendizaje duro e intenso, pero tú serás desde este momento mi pupila, yo misma te enseñare el alcance de tus habilidades.
-          ¿Tú vendrás a enseñarme? – dije sorprendida.
-          Si cada día al atardecer nos encontraremos aquí para demostrarte lo maravillosa   que eres.
-          Gracias Diosa será un gran honor aprender de ti.
-          No solo aprenderás de mí, cada amanecer tu cuerpo será transportado mágicamente hasta un lugar secreto.
-          ¿Un lugar secreto para qué?
-          No solo tienes que aprender magia, si no a defenderte luchando, Abaddon será el encargado de hacerlo.
-          ¿Abaddon? – susurraron todas las presentes.
-          Si Abaddon, no solo es el rey de los demonios, sino también el dueño de mi alma, el antepasado directo de Nhoa.
-          De acuerdo hare lo que me digas.
-          Gracias hija. – dijo acariciándome la mejilla – Por otro lado está  el hecho de la presencia de Lena.
-          Sé que no debería haberla traído pero es mi hermana, aunque no de sangre pero crecimos juntas, tenía derecho a saber quién soy, no podía perderla. – cogí la mano de Lena para dar más énfasis a mis palabras.
-          No te iba a recriminar su presencia, al revés ella lleva dentro la chispa de la magia, ella también tiene derecho de estar aquí.
-          ¿Ella es igual que yo?
-          Haber igual, igual pues no, porque tú tienes un poder ilimitado dentro, ella es una sanadora, su poder es limitado pero muy importante para nuestra sociedad.
-          ¿Una sanadora? ¿Yo? – dijo Lena sin poder aguantar más su curiosidad, al fin al cabo esto tenía que ver con ella, y las dos estábamos un poco alucinadas con la nueva noticia.
-          Es largo de explicar, pero necesitamos sentarnos y tener una larga charla, hermanas – dijo dirigiéndose a las otras mujeres presentes – les agradecería de corazón que apoyaran a su suma sacerdotisa, ella las necesita.- y fueron saliendo una a una no sin antes hacer una reverencia a Aradia.- y nosotras vamos a vuestra casa tenemos una conversación intensa por delante.

Y nos marchamos de allí, cogí la mano de Lena porque le costaba andar, todo esto la tenía completamente perpleja. Ahora resulta que no solo era yo la bruja si no que ella también. Todo esto se estaba convirtiendo en un cuento de hadas, irreal y sorprendente, teníamos la sensación de que en cualquier momento nos íbamos a despertar.
Pero aunque esto era un giro inesperado de los acontecimientos, para mí era una grata sorpresa, me gustaba no sentirme sola en este camino que aún faltaba por recorrer muchas barreras de espinas, de risas y lágrimas, de sudor y sangre.
Todavía había que encontrar la manera de derrotar a Nimue, acabar con su sed de sangre y celos. Ahora tenía grandes aliados, gente que me quería y me apoyaba, personas que me conocían profundamente, y que me iban a enseñar a luchar por mi meta.
Y un gran amor me envolvía mientras nos íbamos a mi hogar, donde estaba el centro de mi alma, Ángel. Y donde mi madre aunque en espíritu me protegía y me cuidaba desde el más allá.
Un nuevo capítulo de mi vida comenzaba, y no iba a estar sola si no con mis seres queridos, pero nuca se sabe cómo terminara esta historia, ¿podre derrotar a mi enemiga? ¿O me derrotara ella a mí? Pasará lo que pasara podría mi fuerza y mi magia llegar al final feliz de todo cuento de hadas.