12 jul 2011

7º Capitulo

LA INICIACIÓN

            Vi como Asha sacaba una pequeña daga de su túnica, su hoja era casi cegadora del brillo que tenia, tenia ondulaciones en la hoja y una punta muy fina, el mango parecía de oro y por lo que puede distinguir tenia una serpiente enredada en el mango con los ojos de dos pequeñas esmeraldas.
            Mi cuerpo empezó a temblar, quería irme, no quería saber nada de esto, pero una fuerza invisible me sujetaba al suelo, estaba completamente paralizada, solo podía mirar a mi alrededor e intentar imaginarme las caras de las mujeres que me rodeaban. Mire hacia una esquina a las afueras del circulo, había otra figura allí situada, se había quitado la capucha pero a pesar de no llevarla puesta, las sombras ocultaban los rasgos de la cara, lo único que podía vislumbrar eran unos ojos azules maravillosos, espera esos ojos me recordaban a….
            - Nhoa, atiende, ya vamos a empezar. – Me dijo Asha
            - ¿Qué? Perdona, es que me había distraído. – Esos ojos eran los de él
            - Ahora entre todas nosotras vamos a dictarte un conjuro de fidelidad a la Orden, tu lo tendrás que repetir, con la daga te hare un corte en tu mano izquierda, dejaremos que una gota de tu sangre caiga en medio de la estrella, después tu guardián sellara tu herida con su propia sangre, eso os unirá para la eternidad.
             - ¿Mi guardián?
             - Si, Ángelus date a conocer a tu protegida, acércate y entra en el círculo.
             Vi como se acercaba, como su rostro se dejaba entrever mientras se acercaba al círculo, dos de las brujas separaron sus manos dejándolo entrar en él. No podía caber en mi incredulidad, ahí estaba mirándome fijamente, con una sonrisa que eclipsaba cualquier luz, sus hoyuelos se marcaban dándole esa imagen de inocencia. Ángel estaba frente a mí, era mi guardián y el dueño de mi corazón.
           - Ven acércate hermano, coge su mano izquierda, y Nhoa repite nuestras palabras.
           Entonces todas las allí reunidas empezaron a recitar juntas, mientras yo miraba a los ojos a Ángel, cuando me toco mi turno de repetir las palabras, mis manos empezaron a sudar y a temblar, Ángel apretó mi mano dándome ánimos, y entonces me sentí segura, él estaba ahí para mi y siempre lo estaría.

“Te pedimos a ti, poderes primordiales,
Que bendigas a nuestra hermana con los poderes sensoriales,
Unimos nuestras manos, unimos nuestras almas,
Unimos nuestros corazones con una gran esperanza.
Sangre de nuestra sangre, esencia de poder,
Santiguado nuestro templo, nos unimos en el anochecer.
Vista, tacto, gusto, oído y olfato,
Junto al sexto, Espíritu y Sentimiento.
Nuestras almas te regalamos, y nuestro poder santiguamos.”

            En el momento que cortaron mi mano una gran gota roja cayo sobre la estrella justo en el medio, sentí como mi cuerpo vibraba junto a la esmeralda de mi cuello, esta se levanto hasta ponerse entre Ángel y yo, Asha corto la mano izquierda de él, y unieron nuestras manos, en el momento que su sangre se junto a la mía, un torbellino cubrió nuestros cuerpos levantándonos del suelo, el brillo de la esmeralda nos cubría por entero, entonces lo empecé a sentir, era un poder inimaginable, recorría toda mi piel, todo mi cuerpo, mi visión empezó a agudizarse, podía ver cada mota de polvo en el aire, cada poro de la piedra que cubría las paredes, sentí  todo lo que sentían a mi alrededor, escuche hasta el aleteo de una mosca, saboree el antiguo aire que me cubría, y lo sentí juro que lo sentí, en esa estancia había miles de espíritus, espíritus poderosos, estaban a mi alrededor mirándome, y llenándome de paz.
            Fuimos bajando de nuevo al suelo, girando sobre nosotros mismos, le mire, mire dentro de sus ojos, en su alma y supe en ese mismo instante que estábamos unidos eternamente por un lazo mágico, que estábamos predestinados a estar juntos por siempre, hasta el día de nuestra muerte y también supe que el lo sabia.
            Cuando llegamos al suelo, toda la magia que nos rodeaba desapareció dejando solo un suave cosquilleo en la piel, y dejando un gran vacio en mi interior, note que Ángel seguía sujetando mi mano.
            Asha se arrodillo ante mí al igual que todas las brujas, me miraban con respeto pero a la vez con miedo.
            - Mi señora sabia que era usted, le ofrezco mis respetos y mi fidelidad incondicional, ante usted me postro y ante usted extiendo mi poder. – La última frase fue repetida por todos los presentes.
            - Gracias, pero por favor levantaos todas me siento muy incomoda con todo esto, y muy cansada…
            - No se preocupe, el ritual ha terminado, si quiere puede ir a dormir y mañana hablaremos de todo, si necesita algo solo llámeme con la mente y estaré ahí en un segundo.
            - Gracias. – Y se marcharon todos menos Ángel. – Necesito volver a casa.
             Cogió mi mano y me llevo hasta la puerta mágica que me llevaba hasta mi casa, me guió a través de ella, y nos fuimos hacia el salón, me senté en el sofá mientras Ángel iba a por un vaso de agua, y la verdad es que lo necesitaba desesperadamente, mi garganta estaba como la lija.
            Se sentó a mi lado y espero a que yo bebiera, cuando termine me quito el vaso dejándolo encima de la mesa, y sin ni siquiera darme cuenta se acerco a mi, cogió mi cara entre sus manos y sus labios acariciaron los míos, primero con un suave beso, me daba varios pequeños picos en las comisuras, hasta que mis brazos rodearon su cuello, su beso profundizo, recorriendo mi boca con su lengua, llevaba meses esperando este beso, pero nunca imagine que fuera tan increíble. No paramos de besarnos casi en toda la noche llegándome a olvidar de todo a mi alrededor, no hablamos, solo nos mirábamos, nos besábamos y sentimos que nuestra unión se hacia mas fuerte, no quería que terminara nunca hasta que el cansancio me pudo y me quede dormida en sus brazos, en el sillón, esa noche no soñé nada mas que con el y con el sabor de sus besos.

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